Se calcula que existen unos 30 millones de especies animales y vegetales distintas en el mundo. De todas ellas, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cifra en 1.000 las que se encuentran en peligro de extinción y en 17.000 las amenazadas. Para el 2020 la diversidad de especies se puede haber reducido en un 33%.
Animales y plantas están amenazados por la alteración de los espacios naturales, que se emplean para construir viviendas, carreteras, etc. La caza deportiva o comercial y el tráfico ilegal de especies son causas que también hacen peligrar a la fauna y a la flora. Muchas de nuestras mascotas o plantas son fruto de este comercio que, según el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza (WWF), produce más de 300 mil euros anuales de beneficio.
WWF asegura que este negocio ilegal es una de las causas principales de pérdida de biodiversidad en el Planeta. Además, afirma que en la actualidad, unas 700 especies se encuentran en peligro de captura, con un objetivo comercial, en sus medios naturales. Un estudio realizado junto a Traffic, organización que se encarga del seguimiento del comercio internacional de especies, pone de manifiesto el peso de la Unión Europea en este negocio.
Según el WWF, en España se desarrolla más del 30% del comercio ilegal de animales y plantas protegidos en el mundo y según datos del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, se calcula que en los hogares españoles existen cerca de 60.000 reptiles y más de 100.000 aves exóticas.
El SEPRONA, Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil intervino, durante 2001 en Madrid, 39 mamíferos, 65 reptiles, 96 aves y 133 partes y derivados (piezas de marfil, caparazones de tortuga y caracolas). En 2002, fueron once aves, seis reptiles y quince derivados. Además, se encontraron siete monos “Tapoin”, uno de ellos muerto, en el fondo de una caja de perro. Según el SEPRONA, el setenta por ciento de los animales con los que se trafica muere durante el viaje.
Cerca de 1.700 agentes de este servicio tratan de frenar este delito haciendo cumplir la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Este convenio, firmado en Washington, entró en vigor en julio de 1975 y lo han suscrito más de 145 países. En enero de 1986 el convenio se firmó en España. A partir de entonces, para poseer un ejemplar de una especie amenazada es necesario tener un certificado que acredite que proviene de cría en cautividad. Pero, según WWF, falsificar ese papel no es muy complicado.
Existen muchas especies en peligro de extinción como caimanes, leopardos, nutrias, ranas, etc. De entre todas ellas, el tráfico de animales ha incidido de forma especialmente notable sobre algunas.
El rinoceronte es el animal más afectado, habiéndose reducido su población en un 85 por ciento en los últimos veinte años, según datos del WWF. En la actualidad quedan poco más de 10.000. Aunque durante muchos siglos los chinos han transformado los cuernos de rinoceronte en elementos decorativos, es a partir de los años setenta cuando aumenta la demanda de este material debido a las propiedades medicinales y afrodisíacas que le atribuyen en Asia. Las empuñaduras de las tradicionales dagas que los turistas compran en Yemen también están fabricadas con cuernos de rinocerontes. Este país importó más de 22.000 kilos de cuernos en sólo ocho años.
Con el objetivo de obtener pieles, los tigres estuvieron a punto de extinguirse en los años sesenta. En la actualidad, esta especie vuelve a estar amenazada por la explotación de sus productos derivados, después de recuperarse en los años ochenta gracias al Proyecto Tigre del WWF. La medicina china utiliza sobre todo los huesos del tigre, aunque atribuyen propiedades terapéuticas a cualquier órgano de este animal. Además de en este país, los derivados del tigre se consumen en Taiwán, Corea del Sur e Indochina y se exportan a Hong Kong, Malasia, Singapur, Tailandia y Estados Unidos.
Debido al codiciado marfil de sus colmillos, con los que se fabrican muchos elementos decorativos, la población de elefante africano se ha reducido a la mitad en diez años. Según el WWF, en los años 50 se exportaron desde África unas 200 toneladas de marfil, cifra que se elevó a 900 a finales de los años setenta. En los siguientes veinte años se mantuvo una media de entre 600 y 900 toneladas, pero se mataron más animales porque, una vez desaparecieron los grandes machos, con colmillos más grandes, fue necesario matar más individuos para obtener la misma cantidad de marfil.
Más de 10.000 osos permanecen cautivos en granjas chinas y sus vesículas se utilizan como afrodisíacos y para tratar algunas enfermedades. Corea del Sur, Japón, Canadá, Hong Kong, Singapur, China y Rusia son los principales exportadores y, Corea del Sur, el principal importador.
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