Cuando los conquistadores ibéricos planificaron y llevaron a cabo su ingreso al mundo andino, el móvil principal fue siempre el valor metálico del oro y la plata, elementos que cruzaron el océano y convirtieron a la España del siglo XV en una potencia económica mundial.
El valor metálico se relaciona con el precio, en cambio, el valor simbólico se asocia a otra escala y dimensión totalmente diferente.
Tal es el caso del mullu que es una concha marina cuyo nombre científico es Spondylus sp. Se trata de un molusco bivalvo de aguas marinas cálidas que habita en las costas ecuatorianas de Guayaquil y las del extremo norte del Perú.
Fue considerado por las sociedades andinas prehispánicas un elemento de prestigio social y poder simbólico-religioso. Algunos cronistas llamaron al mullu “oro rojo de los incas”, pues advirtieron que este molusco habría tenido en algunos contextos mayor importancia que el dorado metal.
El calor apretaba ese día sobre el río Blanco. Sus aguas cristalinas apenas alcanzaban a mojar los cascos de las mulas y ni siquiera para apagar la sed servían: eran salobres, casi amargas.
Pero, para que un elemento de la naturaleza adquiera valor simbólico, debe poseer determinados atributos beneficiosos para las sociedades que lo significaron.
Importancia del mullu en la predicción del tiempo.
Los sacerdotes prehispánicos realizaban predicciones del tiempo con los moluscos, prediciendo con cuatro meses de anticipación las condiciones de la temporada de lluvias, seguramente que pocas veces se equivocaban.
La explicación de esas predicciones se basa en que el Spondylus es una especie con una elevada sensibilidad térmica. Habita exclusivamente en las aguas cálidas determinadas por las corrientes marinas. Toda la costa peruana está influenciada por la corriente fría de Humboldt, sin embargo, de manera cíclica las corrientes oceánicas cálidas ecuatorianas avanzan sobre las frías y con ellas un significativo cambio en las condiciones meteorológicas que afectan las actividades agrícolas, hoy conocidas como “fenómeno del niño” y caracterizado por la abundancia de precipitaciones.
Por otra parte, si la corriente fría avanza demasiado sobre las cálidas se produce el fenómeno inverso, es decir que será un año de mucha sequía. Todo esto lo podían saber los sacerdotes gracias a la distribución y cantidad de moluscos recogidos por los especialistas, quienes inmediatamente llevaban las novedades.
Esto les permitía a los gobernantes y administradores incas postergar o cancelar el período de siembra, obteniendo así buenos resultados o bien evitando cuantiosas pérdidas. Es de imaginar el poder simbólico que le otorgaba ser portadores de este “misterioso” contacto con los dioses.
El mullu como ofrenda sagrada.
A través de las investigaciones arqueológicas se pudo determinar que la presencia del mullu está íntimamente relacionada con ofrendas de importancia tanto políticas como religiosas, aunque esta separación es más conceptual que real a la hora de intentar comprender a las complejas sociedades de los Andes Prehispánicos. Se sabe que todas las piezas elaboradas con la valva Spondylus fueron hechas con propósitos exclusivamente rituales y no se conocen objetos de uso doméstico o popular hechos en este material.
La forma en que se encontraron estos moluscos es muy diversa, desde valvas enteras, fraccionadas o molidas, hasta finas esculturas en miniatura que representaban camélidos, humanos, cuentas de collar, chaquiras de pocos milímetros de diámetro, pendientes que adornaban a las estatuillas o adornos de personas ofrendadas como es el caso de la joven doncella del Llullaillaco que, en su pecho posee una serie de adornos, algunos de ellos confeccionados en mullu. También el niño ofrendado en el volcán lleva puesto un pectoral confeccionado en cordel de lana oscura y una valva completa de Spondylus.
En la colección del Museo de Arqueología de Alta Montaña son 66 objetos confeccionados con mullu, que fueron transportados desde las costas ecuatorianas hasta la cima del volcán Llullaillaco, en un recorrido aproximado de 4.000 kilómetros de distancia y salvando un desnivel de casi 7.000 metros de altitud.
Las ofrendas especiales que los incas realizaban a los apus, personificados en las montañas como volcán Llullaillaco, parecen dar cuenta de la importancia de esta materia prima en los rituales propiciatorios, cuyo denominador común fue la fertilidad, en el más amplio sentido del término.
El valor metálico se relaciona con el precio, en cambio, el valor simbólico se asocia a otra escala y dimensión totalmente diferente.
Tal es el caso del mullu que es una concha marina cuyo nombre científico es Spondylus sp. Se trata de un molusco bivalvo de aguas marinas cálidas que habita en las costas ecuatorianas de Guayaquil y las del extremo norte del Perú.
Fue considerado por las sociedades andinas prehispánicas un elemento de prestigio social y poder simbólico-religioso. Algunos cronistas llamaron al mullu “oro rojo de los incas”, pues advirtieron que este molusco habría tenido en algunos contextos mayor importancia que el dorado metal.
El calor apretaba ese día sobre el río Blanco. Sus aguas cristalinas apenas alcanzaban a mojar los cascos de las mulas y ni siquiera para apagar la sed servían: eran salobres, casi amargas.
Mullu oro inca, spondylus. Foto: Gentileza Museo Museo de Arqueología de Alta Montaña, MAAM
Los humanos construimos los paisajes, dotamos de vida y contenido a las manifestaciones de la naturaleza, significamos cada elemento que nos rodea y edificamos un andamiaje de nombres e historias sobre los lugares en un tiempo determinado de nuestro existir.
Para entender la importancia de la presencia de moluscos marinos en ambientes cordilleranos, necesariamente tenemos que adentrarnos en un mundo dinámico e interrelacionado, donde lo natural y cultural formaban una unidad indisoluble, donde las montañas fueron apus o dioses protectores, con los cuales las personas se relacionaron a través de un diálogo diferido mediado por las ofrendas, un mundo en el cual se creía que las piedras tenían almas, los espíritus habitaban en los manantiales y donde la muerte de un niño podía restaurar el equilibrio del universo. Donde la tierra y el mar se manifestaban como deidades femeninas (Pachamama y Mamacocha), un mundo dinámico de objetos inanimados con vida y sentir.
Como parte del ajuar y ofrendas funerarias del niño del Cerro Plomo, Chile, se encontraron objetos de oro inca.
Foto: www.mnhn.cl
Foto: www.mnhn.cl
Estatuilla spondylus: estatuilla zoomorfa de un camélido, confeccionada en concha marina (spondylus) que tenía gran valor religioso para los incas. Foto: Gentileza Museo Museo de Arqueología de Alta Montaña, MAAM
Importancia del mullu en la predicción del tiempo.
Los sacerdotes prehispánicos realizaban predicciones del tiempo con los moluscos, prediciendo con cuatro meses de anticipación las condiciones de la temporada de lluvias, seguramente que pocas veces se equivocaban.
La explicación de esas predicciones se basa en que el Spondylus es una especie con una elevada sensibilidad térmica. Habita exclusivamente en las aguas cálidas determinadas por las corrientes marinas. Toda la costa peruana está influenciada por la corriente fría de Humboldt, sin embargo, de manera cíclica las corrientes oceánicas cálidas ecuatorianas avanzan sobre las frías y con ellas un significativo cambio en las condiciones meteorológicas que afectan las actividades agrícolas, hoy conocidas como “fenómeno del niño” y caracterizado por la abundancia de precipitaciones.
Detalle de una concha spondylus espinosa, oro inca o mullu. Foto: www.cumbresdeayangue.com
Esto les permitía a los gobernantes y administradores incas postergar o cancelar el período de siembra, obteniendo así buenos resultados o bien evitando cuantiosas pérdidas. Es de imaginar el poder simbólico que le otorgaba ser portadores de este “misterioso” contacto con los dioses.
Concha de spondylus, oro inca. Foto: www.astronomy-to-zoology.tumblr.com
A través de las investigaciones arqueológicas se pudo determinar que la presencia del mullu está íntimamente relacionada con ofrendas de importancia tanto políticas como religiosas, aunque esta separación es más conceptual que real a la hora de intentar comprender a las complejas sociedades de los Andes Prehispánicos. Se sabe que todas las piezas elaboradas con la valva Spondylus fueron hechas con propósitos exclusivamente rituales y no se conocen objetos de uso doméstico o popular hechos en este material.
La forma en que se encontraron estos moluscos es muy diversa, desde valvas enteras, fraccionadas o molidas, hasta finas esculturas en miniatura que representaban camélidos, humanos, cuentas de collar, chaquiras de pocos milímetros de diámetro, pendientes que adornaban a las estatuillas o adornos de personas ofrendadas como es el caso de la joven doncella del Llullaillaco que, en su pecho posee una serie de adornos, algunos de ellos confeccionados en mullu. También el niño ofrendado en el volcán lleva puesto un pectoral confeccionado en cordel de lana oscura y una valva completa de Spondylus.
Mullu, utilizado también como ofrenda por los incas. Foto: www.marianabergutz.blogspot.com.ar
Las ofrendas especiales que los incas realizaban a los apus, personificados en las montañas como volcán Llullaillaco, parecen dar cuenta de la importancia de esta materia prima en los rituales propiciatorios, cuyo denominador común fue la fertilidad, en el más amplio sentido del término.
El dibujo muestra a un sacerdote inca realizando ofrendas a la montaña, la descripción del contenido del recipiente que está en frente menciona el oro, la plata, el mullu y el cuy (roedor) como elementos para las deidades.
Grabado de Felipe Guamán Poma de Ayala (1615)
Grabado de Felipe Guamán Poma de Ayala (1615)
Concha de spondylus espinosa, mullu, oro inca. Foto: www.naturamediterraneo.com
Interior de una concha de spondylus, oro inca. Foto: www.naturamediterraneo.com
Algunos objetos realizados con concha de spondylus en la actualidad. Foto: www.truxillodailyphoto.blogspot.com.ar
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