Mantener el equilibrio, buscar una ideología común y aprender de los errores del pasado fueron las principales conclusiones a las que llegó el foro Diálogo de las Civilizaciones, que se desarrolló durante tres días y que finalizó anteayer en Guatemala.
En el encuentro científico participaron unos 30 reconocidos expertos extranjeros y nacionales, que se dieron cita para exponer sobre el legado de las cinco civilizaciones más destacadas: maya, mesopotámica, egipcia, china y del Valle del Indo.
Los científicos concordaron en que la escritura surgió mucho antes de la solidificación de los estados y que no siempre se utilizó para fines administrativos; por ejemplo, la maya, que era de uso privado.
También destacaron el poder del hombre de manipular el medioambiente para su conveniencia y que el impacto a este crece conforme aumenta la población.
Todos los logros de las grandes civilizaciones fueron el resultado de la ideología, de la búsqueda del objetivo en común de bienestar. También expusieron que si hay impactos que tienen tremendos efectos y no se toma en cuenta la historia y datos científicos, la humanidad está condenada a repetir los mismos fracasos.
Cuando se les pidió a los expertos su opinión acerca de la influencia de una inteligencia extraterrestre en estas civilizaciones, coincidieron en que el humano es una criatura lo suficientemente sorprendente por lo que no hay cabida para tales creencias.
Hay interés de National Geographic, uno de los organizadores, de apoyar a Guatemala para extender la cooperación en investigación de la civilización maya, dijo Luis Fernando Andrade, coordinador del foro. En esta edición se incluyen los aspectos más destacados que se presentaron durante el foro.
Excelso arte y arquitectura.
Los arqueólogos Augusta McMahon y Giorgio Buccellati hablaron sobre la cuna de las civilizaciones, la mesopotámica, y los avances que desarrollaron seis mil años antes de Cristo en los territorios actuales de Iraq, Siria e Irán. Los habitantes crearon complejos sistemas de irrigación, saneamiento —gestión de desechos y letrinas—, diversificación de trabajo, producción de textiles, y emplearon la rueda y el arado. Estas condiciones permitieron la transformación de asentamientos en grandes centros urbanos, como la ciudad de Ur, donde se erigieron monumentales construcciones. Sus habitantes fueron los primeros en crear el lenguaje escrito —cuneiforme—, su más grande legado a la humanidad y que utilizaron para registrar anales reales y legislativos, así como movimientos astronómicos.
Buccellati mostró piezas mesopotámicas de exquisita calidad y habló sobre la jerarquía y distribución de los centros de poder. También destacó el gobierno del rey Hammurabi, quien unificó a Mesopotamia, luego de lo cual se originó una cultura cosmopolita. También mencionó que han hecho grandes esfuerzos para proteger el sitio arqueológico de Urkesh y divulgar la riqueza ancestral de Siria.
Infraestructuras citadinas.
El arqueólogo indio Vasant Shinde expuso que la civilización Harappa surgió en el año 4000 a. de C., en el Valle del Indo (India y Pakistán), cuyas ciudades principales, Harappa y Mohenjodaro, se construyeron en un territorio de 1.5 millones de km. Aunque no tenían edificios gigantescos, sus habitantes fueron los pioneros en construir ciudades cuadriculadas, con redes de calles de orientación cardinal. Además, estaban altamente organizadas, fortificadas para protegerlas de las inundaciones, con plataformas de baños públicos, desagües, y avanzados sistemas de reservorios y presas para almacenar agua de lluvia para uso residencial y agrícola.
El arqueólogo y etnógrafo Mark Kenoyer destacó que su escritura en sellos es aún indescifrable y que se utilizaba para el comercio y rituales.
Tecnólogos agrícolas.
Esta civilización surgió independientemente de las sociedades, cuatro mil años a. de C.
El arqueobotánico británico Dorian Fuller habló sobre los vestigios hallados de los primeros cultivos que se implementaron en los márgenes del río Yangtsé, entre el 9000 y 6000 a. de C, lo que da pistas sobre la distribución de las poblaciones y la evolución del desarrollo intensivo de la agricultura. Entre estos estaban el maicillo, el arroz, la cebada, el trigo, las lentejas y los garbanzos, que en un inicio eran plantas silvestres que después se domesticaron. Los habitantes antiguos comprendían las condiciones que necesitaban estas plantas para desarrollarse y aprendieron cómo almacenarlas y diversificarlas, lo que conllevó al origen de la jerarquía social. También expuso sobre la utilización del jade para la elaboración de herramientas y cerámica.
El doctor Li Xinwei, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, abordó el tema de la interacción de las culturas ancestrales, de acuerdo con piezas arqueológicas zoomorfas y antropomorfas de jade y marfil. Objetos, herramientas y artesanías que datan del año 4000 a. de C. y encontrados en tumbas antiguas comparten similitudes, lo que significa que las diferentes culturas intercambiaron ideas cosmológicas, artísticas y rituales.
“Esto demuestra la importancia de la esfera de interacción de las regiones, que estaban ligadas fuertemente por el intercambio de conocimiento sobre el Universo, prácticas rituales y símbolos de poder militar”, dijo el científico. Esto originó un consenso generalizado de que pertenecían a un mundo civilizado diferente al del bárbaro, agregó.
Vida antes de la reunificación.
La arqueóloga Renee Friedman ha hecho excavaciones en los primeros asentamientos que se hallaron en la ciudad de Hierakonpolis, que datan del 3700 a. de C., mil años antes de la formación del único Estado, y que fue el centro urbano más grande del Valle del Nilo. Los restos evidencian el desarrollo tecnológico e ideológico. Los habitantes se dedicaban al cultivo de trigo y cebada, según vestigios de fábricas y depósitos de cerveza de esta época, y a la elaboración de artesanías.
Se asegura que tenían un desarrollo predinástico complejo y se han hallado restos de templos funerarios con paredes coloridas.
En las tumbas de cinco mil años a. de C. se han encontrado huesos de perros, toros, cocodrilos, vacas, tortugas, hipopótamos, gacelas y hasta de un elefante, que se cree eran sacrificados en rituales para contener el caos y que eran enterrados alrededor del último descanso de gobernantes.
El egiptólogo Ramadán Hussein expuso sobre la devoción de los egipcios al dios del cielo, Horus, y a Osiris, su padre. Se dedicaban a la domesticación de animales y a las actividades agrícolas, que sostenían la economía y subsistencia de las comunidades.Cuando los habitantes acumularon suficiente riqueza material, empezaron a adquirir más bienes, lo que propició el aparecimiento de oficios de personas que elaboraban cerveza, pan, cerámica, joyas y textiles. El poder se concentraba en un rey que era el sumo sacerdote.
Hussein habló de la organización compleja que existía en ciudades importantes como Naqqada y Abydos, que datan de tres mil 300 años a. de C. en el sur del Valle del Nilo, donde se concentraba gran parte de la población, que buscaba oportunidades de empleo. Según evidencias arqueológicas de enterramientos en Abydos, en ese lugar gobernaba el rey Escorpión, quien conquistó Naqqada y ciudades del norte, como Buto, Maadi y Minshat Abu Omar, para expandir su territorio y aprovechar sus recursos, lo que dio origen a la unificación, homogeneización y culturización de Egipto. La escritura, dice Hussein, se inventó para propósitos administrativos, para lo cual el Gobierno invertía recursos para su investigación, pero era monopolizada.
Relevantes hallazgos.
El arqueólogo Richard Hansen habló sobre el colapso de ciudades mayas como Tikal y El Mirador, en Petén, cada una en distintas épocas, a raíz de la sobrexplotación de los recursos naturales durante el Período Clásico. Además, resaltó la importancia del complejo El Mirador (150 a. de C. y 250 d. de C.). “Este lugar fue uno de los más imponentes de todo el Período Preclásico, debido a su hegemonía en la región. La pirámide de La Danta es una de las más impresionantes que sobrepasa los 60 metros de altura”, resaltó.
El arqueólogo guatemalteco Juan Carlos Pérez expuso los descubrimientos en el sitio Perú–Waka’, conocido también como el Reino del Ciempiés, el cual se extendió hasta 12 km, donde se encontraron enterramientos de sus monarcas. Destaca el hallazgo, en el 2006, de la tumba de una de sus principales gobernantes, Kalomt’e K’abel (Lirio Acuático Mano), a quien enterraron con ofrendas de jade y perlas. Hizo énfasis en la relevancia de este sitio dentro de las relaciones comerciales entre Calakmul y Tikal, a pesar de la rivalidad histórica. La ciudad se habitó entre los años 300 a. de C. y 700 d. de C.
El investigador Marcello Canuto habló sobre la importancia de la ciudad de La Corona para el imperio Kan de Calakmul, derivado del intercambio comercial entre las tierras altas y bajas de Mesoamérica. La Corona, a criterio de Canuto, fue un punto primordial para el desarrollo de la dinastía Kan, conocida como de la Serpiente, debido a su posición geográfica estratégica en la región durante el Período Clásico. Bajos relieves de la ciudad aparecieron en Estados Unidos, pero los investigadores no lograban identificar sus orígenes. A ese lugar desconocido se le denominó Sitio Q. Durante años, se trató de localizar, hasta que en 1996 fue identificado en el norte de Petén y se asoció con la dinastía Calakmul, por ser una ciudad fundamental, al punto de que casi logra la unificación de las tierras bajas en el año 562 d. de C. con la caída de Tikal, su gran rival.
Los expositores coincidieron en que unos de los principales enemigos de las ciudades mayas son el saqueo de cada sitio y la expansión de la frontera agrícola.
En el encuentro científico participaron unos 30 reconocidos expertos extranjeros y nacionales, que se dieron cita para exponer sobre el legado de las cinco civilizaciones más destacadas: maya, mesopotámica, egipcia, china y del Valle del Indo.
Los científicos concordaron en que la escritura surgió mucho antes de la solidificación de los estados y que no siempre se utilizó para fines administrativos; por ejemplo, la maya, que era de uso privado.
También destacaron el poder del hombre de manipular el medioambiente para su conveniencia y que el impacto a este crece conforme aumenta la población.
Todos los logros de las grandes civilizaciones fueron el resultado de la ideología, de la búsqueda del objetivo en común de bienestar. También expusieron que si hay impactos que tienen tremendos efectos y no se toma en cuenta la historia y datos científicos, la humanidad está condenada a repetir los mismos fracasos.
Cuando se les pidió a los expertos su opinión acerca de la influencia de una inteligencia extraterrestre en estas civilizaciones, coincidieron en que el humano es una criatura lo suficientemente sorprendente por lo que no hay cabida para tales creencias.
Hay interés de National Geographic, uno de los organizadores, de apoyar a Guatemala para extender la cooperación en investigación de la civilización maya, dijo Luis Fernando Andrade, coordinador del foro. En esta edición se incluyen los aspectos más destacados que se presentaron durante el foro.
Excelso arte y arquitectura.
Los arqueólogos Augusta McMahon y Giorgio Buccellati hablaron sobre la cuna de las civilizaciones, la mesopotámica, y los avances que desarrollaron seis mil años antes de Cristo en los territorios actuales de Iraq, Siria e Irán. Los habitantes crearon complejos sistemas de irrigación, saneamiento —gestión de desechos y letrinas—, diversificación de trabajo, producción de textiles, y emplearon la rueda y el arado. Estas condiciones permitieron la transformación de asentamientos en grandes centros urbanos, como la ciudad de Ur, donde se erigieron monumentales construcciones. Sus habitantes fueron los primeros en crear el lenguaje escrito —cuneiforme—, su más grande legado a la humanidad y que utilizaron para registrar anales reales y legislativos, así como movimientos astronómicos.
Infraestructuras citadinas.
El arqueólogo indio Vasant Shinde expuso que la civilización Harappa surgió en el año 4000 a. de C., en el Valle del Indo (India y Pakistán), cuyas ciudades principales, Harappa y Mohenjodaro, se construyeron en un territorio de 1.5 millones de km. Aunque no tenían edificios gigantescos, sus habitantes fueron los pioneros en construir ciudades cuadriculadas, con redes de calles de orientación cardinal. Además, estaban altamente organizadas, fortificadas para protegerlas de las inundaciones, con plataformas de baños públicos, desagües, y avanzados sistemas de reservorios y presas para almacenar agua de lluvia para uso residencial y agrícola.
El arqueólogo y etnógrafo Mark Kenoyer destacó que su escritura en sellos es aún indescifrable y que se utilizaba para el comercio y rituales.
Tecnólogos agrícolas.
Esta civilización surgió independientemente de las sociedades, cuatro mil años a. de C.
El arqueobotánico británico Dorian Fuller habló sobre los vestigios hallados de los primeros cultivos que se implementaron en los márgenes del río Yangtsé, entre el 9000 y 6000 a. de C, lo que da pistas sobre la distribución de las poblaciones y la evolución del desarrollo intensivo de la agricultura. Entre estos estaban el maicillo, el arroz, la cebada, el trigo, las lentejas y los garbanzos, que en un inicio eran plantas silvestres que después se domesticaron. Los habitantes antiguos comprendían las condiciones que necesitaban estas plantas para desarrollarse y aprendieron cómo almacenarlas y diversificarlas, lo que conllevó al origen de la jerarquía social. También expuso sobre la utilización del jade para la elaboración de herramientas y cerámica.
El doctor Li Xinwei, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, abordó el tema de la interacción de las culturas ancestrales, de acuerdo con piezas arqueológicas zoomorfas y antropomorfas de jade y marfil. Objetos, herramientas y artesanías que datan del año 4000 a. de C. y encontrados en tumbas antiguas comparten similitudes, lo que significa que las diferentes culturas intercambiaron ideas cosmológicas, artísticas y rituales.
“Esto demuestra la importancia de la esfera de interacción de las regiones, que estaban ligadas fuertemente por el intercambio de conocimiento sobre el Universo, prácticas rituales y símbolos de poder militar”, dijo el científico. Esto originó un consenso generalizado de que pertenecían a un mundo civilizado diferente al del bárbaro, agregó.
Vida antes de la reunificación.
La arqueóloga Renee Friedman ha hecho excavaciones en los primeros asentamientos que se hallaron en la ciudad de Hierakonpolis, que datan del 3700 a. de C., mil años antes de la formación del único Estado, y que fue el centro urbano más grande del Valle del Nilo. Los restos evidencian el desarrollo tecnológico e ideológico. Los habitantes se dedicaban al cultivo de trigo y cebada, según vestigios de fábricas y depósitos de cerveza de esta época, y a la elaboración de artesanías.
Se asegura que tenían un desarrollo predinástico complejo y se han hallado restos de templos funerarios con paredes coloridas.
En las tumbas de cinco mil años a. de C. se han encontrado huesos de perros, toros, cocodrilos, vacas, tortugas, hipopótamos, gacelas y hasta de un elefante, que se cree eran sacrificados en rituales para contener el caos y que eran enterrados alrededor del último descanso de gobernantes.
El egiptólogo Ramadán Hussein expuso sobre la devoción de los egipcios al dios del cielo, Horus, y a Osiris, su padre. Se dedicaban a la domesticación de animales y a las actividades agrícolas, que sostenían la economía y subsistencia de las comunidades.Cuando los habitantes acumularon suficiente riqueza material, empezaron a adquirir más bienes, lo que propició el aparecimiento de oficios de personas que elaboraban cerveza, pan, cerámica, joyas y textiles. El poder se concentraba en un rey que era el sumo sacerdote.
Hussein habló de la organización compleja que existía en ciudades importantes como Naqqada y Abydos, que datan de tres mil 300 años a. de C. en el sur del Valle del Nilo, donde se concentraba gran parte de la población, que buscaba oportunidades de empleo. Según evidencias arqueológicas de enterramientos en Abydos, en ese lugar gobernaba el rey Escorpión, quien conquistó Naqqada y ciudades del norte, como Buto, Maadi y Minshat Abu Omar, para expandir su territorio y aprovechar sus recursos, lo que dio origen a la unificación, homogeneización y culturización de Egipto. La escritura, dice Hussein, se inventó para propósitos administrativos, para lo cual el Gobierno invertía recursos para su investigación, pero era monopolizada.
Relevantes hallazgos.
El arqueólogo Richard Hansen habló sobre el colapso de ciudades mayas como Tikal y El Mirador, en Petén, cada una en distintas épocas, a raíz de la sobrexplotación de los recursos naturales durante el Período Clásico. Además, resaltó la importancia del complejo El Mirador (150 a. de C. y 250 d. de C.). “Este lugar fue uno de los más imponentes de todo el Período Preclásico, debido a su hegemonía en la región. La pirámide de La Danta es una de las más impresionantes que sobrepasa los 60 metros de altura”, resaltó.
El arqueólogo guatemalteco Juan Carlos Pérez expuso los descubrimientos en el sitio Perú–Waka’, conocido también como el Reino del Ciempiés, el cual se extendió hasta 12 km, donde se encontraron enterramientos de sus monarcas. Destaca el hallazgo, en el 2006, de la tumba de una de sus principales gobernantes, Kalomt’e K’abel (Lirio Acuático Mano), a quien enterraron con ofrendas de jade y perlas. Hizo énfasis en la relevancia de este sitio dentro de las relaciones comerciales entre Calakmul y Tikal, a pesar de la rivalidad histórica. La ciudad se habitó entre los años 300 a. de C. y 700 d. de C.
El investigador Marcello Canuto habló sobre la importancia de la ciudad de La Corona para el imperio Kan de Calakmul, derivado del intercambio comercial entre las tierras altas y bajas de Mesoamérica. La Corona, a criterio de Canuto, fue un punto primordial para el desarrollo de la dinastía Kan, conocida como de la Serpiente, debido a su posición geográfica estratégica en la región durante el Período Clásico. Bajos relieves de la ciudad aparecieron en Estados Unidos, pero los investigadores no lograban identificar sus orígenes. A ese lugar desconocido se le denominó Sitio Q. Durante años, se trató de localizar, hasta que en 1996 fue identificado en el norte de Petén y se asoció con la dinastía Calakmul, por ser una ciudad fundamental, al punto de que casi logra la unificación de las tierras bajas en el año 562 d. de C. con la caída de Tikal, su gran rival.
Los expositores coincidieron en que unos de los principales enemigos de las ciudades mayas son el saqueo de cada sitio y la expansión de la frontera agrícola.
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