Resulta dificil hablar de Europa sin hacer referencia a su enorme patrimonio artístico, tantas veces reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo hay otra cara de las ciudades europeas que difícilmente los tour turísticos muestran.
Es la cara del degrado ambiental y edifilio, edificios tomados y convertidos en verdaderos conventillos, basura amontonada en las calles y mucho más.
No es lindo de ver para los turistas pero oculñtarlo contribuye a crear una imagen equivocada del sistema europeo.
Lo mismo ocurre con los EE. UU. Nunca se muestran ciudades como Detroit o Baltimora por ejempo con tass de delincuencia y pobreza altísimas.
Vemos Una especie de cartón pintado, una location “hollywodiana” para entendernos.
A partir de esta columna comenzaremos a ver esas caras ocultas que la mayoría de los medios de información se empeñan en ocultar.
Una Berlín diferente sin postales turísticas.
He regresado a Berlín cuatro años después, antes de que la epidemia de coronavirus se extendiera por el mundo. Al dejar una ciudad gris en un frío otoño, la encuentro abrasada por un sol abrasador que evapora sus vapores fétidos.
Quiero recorrerla de nuevo, no la ruta turística de la Puerta de Brandeburgo, el Reichstag, el edificio de comunicaciones, todo para uso y consumo de los turistas, sino la otra, la ruta de los barrios pobres, las afueras de Berlín.
En la estación de Ostbanhof, antiguo Berlín Este, me encuentro con unas personas al borde de la carretera, tumbadas en un viejo y desgastado plato, usando una jeringa para extraer su dosis, bajo la mirada indiferente de los transeúntes. Apenas es mediodía.
Estas son imágenes despiadadas y tristes de un Berlín que no olvida las miserias de hace muchos años, no solo porque me acogió, sino también porque me ha dejado una vez más con esa sensación de náusea y desasosiego que me causó la primera vez. Berlín, manchada con la sangre del Holocausto, es la ciudad que no olvida.
Pero también es el Berlín que hace penitencia, se arrodilla ante el visitante y abre su archivo de recuerdos que otros lugares mantendrían en secreto. Te confronta con ellos, sin piedad, sin edulcorantes. Y eso también es positivo más allá de las postales turísticas.
Los proyectos de renovación urbana a gran escala se han convertido en las estrategias de revitalización más visibles perseguidas por las ciudades en busca del crecimiento económico y de la competitividad. En el nuevo Berlín, estos proyectos se han convertido en un instrumento clave de la política urbana, en un contexto de profundos cambios socioeconómicos y presupuestos públicos restrictivos. Los planificadores de la ciudad cooperan de forma activa con socios privados que se encargan de dirigir el desarrollo de grandes áreas urbanas.
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