A los apasionados por la historia, les fascina descubrir los hilos de conexión entre las ruinas y el presente, como se vive en un cementerio de fragmentos de tragedias, esculturas y templos que siempre estàn vinculàndose a un pasado que a todos nos incumbe. Con està idea se viene a Macedonia. Se trata de buscar la "otra" Grecia, la que esquiva la multitud, la que disfruta del silencio plàcidamente recostada al abrigo de un sol obstinado.
i,Por dónde comenzar un periplo por està tie-rra agreste, rica en paisajes y en recuerdos de la època bizantina? La respuesta es Tesalónica. La capitai de Macedonia, la segunda ciudad de Grecia, construida en el 316 antes de Cristo, en honor de Tesalónica, hermana de Alejandro Magno, està Ilena de antiguos vestigios (arco de Galera, agorà) y de iglesias que los otomanos transformaron en mezquitas. Encaramada sobre un golfo protegido por los vientos, no faltan tampoco recuerdos de la època romana, ligados sobre todo a la figura de Galerio, proclamado Augusto en el ano 305. As pues, son muchos, efectivamente, los motivos que tornan interesante una visita a està ciudad, procla-mada capitai europea de la cultura en 1977, cuyo sembiante quedó completamente renovado tras ur violento incendio que destruyó buena parte de sus edificiosen 1917.
La fachada contemporànea de està metrópolis dinàmica, con salida al mar, oculta un barrio de marcado caràcter oriental, una red de callejuelas coloristas coronadas por balconadas. Sin embargo, y como segundo puerto de Grecia, es una villa comercial e industriai y conserva un gran encanto pese a la ofensiva del cemento: se puede pasear agradablemente y descubrir iglesias bizantinas, er. ocasiones con minaretes, como San Jorge, adorna-da ademàs con mosaicos muy antiguos con fondo de oro, o como la notable Santa Sofia, del sigio Vili. Palacios sehoriales, tiendas elegantes, cafés de moda... dan hoy un aire completamente urbano a està ciudad, sin duda alguna la indiscutible "capitai" de la Grecia del norte.
Tesalónica es el punto de partida para un viaje er busca de rastros de la historia antigua ligada al periodo de mayor esplendor del reino macedonie. Asi. es imprescindible realizar una parada en Vergina. Es una etapa que emociona, desde luego. Aqui se han descubìerto unos extraordinarios tesoros, parte de los cuàles se cree que constituyeron el ajuar fùnebre de Filipo II, el padre de Alejandro Magno.
El yacimiento de Vergina es la antigua Egas. la primera capitai de Macedonia. Se trata de uno de los yacimientos mas famosos de Grecia y està formado por lo que comùnmente se conoce como tumbas reales. Primero hay que caminar por un pasaje que conduce al oscuro ìnterior del monticu-lo donde se han encontrado cuatro de ellas. Una vez en su interior, sorprende la visión de la tumba I o tumba de Perséfone; la tumba II es la de Filipo II, en cuyo interior se ha encontrado un riquisimo ajuar, parte del cual se exhibe en el museo Arqueo-lógico de Tesalónica y otra parte en las salas poco iluminadas de este pequeno enclave que funciona como galeria de exhibición; la tumba III pertenece a Alejandro IV, hijo de Alejandro Magno; y de la tumba IV apenas queda nada y no se sabe a quién pertenece.
Saliendo de Vergina en dirección norte hay dos lugares de obligada visita, Ninfeo y Kastorìa. La primera es una pequena aidea que se esconde er el corazón del monte Vernon (1.800 m) que parece haber resucitado y que hoy es famosa por la reserva de osos arcturos. Inaugurado en 1993, este centro brinda información a los viajeros sobre la dramàtica situación en la que se encuentran los osos pardos al tiempo que proporcìona refugio a mas de 15 ejemplares que han sido liberados de su cautiverio forzoso. Està maravillosa iniciativa se debe a los esfuerzos realizados por Giannis Boutaris, un hombre muy popular aqui en Macedonia por sus conocimientos vinicolas. A partir de 1992, Giannis centrò su atención en los osos cuando se enteró de la cruel esclavitud que se imponia al oso pardo. Kastoria, por otro lado, es una bucòlica localidad que descansa entre los montes Grammos y Vitsi en el oeste de Macedonia y es famosa en el mundo enteró por la industria de la piel. Precisamente el nombre de la ciudad viene del castor, animai abun-dante aquì y de piel muy apreciada.
Es una ciudad bellìsima, sin duda, bañada por las plàcidas aguas del lago Orestiada (algunos le Ilaman lago Kastoria) y con una arquitectura muy interesante, con mas de 70 iglesias bizantinas y posbizantinas y muchas mansiones encantadoras de los siglos XVII y XVIII. Estas casas, que se conc-cen como arhontika, pertenecfan a los ciudadanos destacados del pueblo que eran, mayoritariamente. ricos comerciantes de pieles.
De las cerca de 70 iglesias bizantinas que se encuentran en la localidad hay que prestar especial atención a Panagia Koumbelidiki (sigio XI). La fachada maestra frescos que relatan la vida de la Virgen, mientras que en el interior hay escenas del Nuevo Testamento.
Los alrededores de Kastoria merecen también un punto a parte, sobre todo los 32 kilometros de la carretera que bordea las orillas del lago, con es-pléndidas vistas de este, la ciudad y las montanas circundantes.
Hasta aqui, los tesoros mejor guardados de Macedonia. Sin embargo, està hermosa región griega ofrece otros muchos encantos que no deben perderse. Por ejemplo, la Peninsula Calcidica que, con sus tres dedos apuntando hacia el mar Egeo, està pienamente abierta al turismo.
La Peninsula Caldicica se subdivide en otras tres mas pequenas: la de Kassandra, la de Sithonia y el monte Athos. Son 500 kilometros de litoral de arena, rodeado por aguas calmas y azules y grandes extensiones de pinares.
Gran parte de la peninsula ha sido explotada sin piedad y el saliente de Kassandra hoy està compuesto por lujosos complejos vacacionales. Sithonia, en cambio, ha escapado a estos excesos y aùn cuenta con afgjurta de las playas con mas encanto de Gracia (Kalogria Beach, Elia Beach, Lagomandra, RHtoC&nas. Toronì...). El promontorio mas oriental, el monte Athos, es una historia aparte.
Verdadero Estado dentro del Athos es célebre porque alberga un conjunto de monasterios poblado y administrado por monjes que parecen vivir en otra època. Santa Montaña cuyo acceso està rigurosamente prohibido a "toda mujer, toda hembra, todo eunuco, todo rostro liso" (los rostros lisos son los de los niños).
Ouranoupoli tiene està especial peculiaridad respecto a los otros 100 o 1.000 pueblos marineros de Grecia: la de ser el punto de partida del màgico viaje hacia ese mundo fascinante y misterioso del monte Athos. Cuando a primera hora de la manana la chalupa abandona el muelle de Ouranoupoli en dirección a Dafni, desde donde se iniciarà la visita a los monasterios de la Santa Montana, se produce esa cautivadora sensación, en este caso mas verdadera que nunca, de estar abandonando el mundo real, escapando de la linea del tiempo y de la historia que avanzan despiadadamente, para entrar en un mundo inmutado y esperemos que inmutable, en el que todo està quieto, un mundo anclado en la tradición bizantina, tanto en sus aspectos religiosos como en sus aspectos artisticos.
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