“¿Cómo se llama el actor que salió en Terminator, que tiene un nombre extraño y ahora es gobernador de California?”.
Por momentos el cerebro se olvida de datos como el título de una película, el nombre de un actor, una reunión importante o el cumpleaños de la pareja. “Lo tengo en la punta de la lengua…”, se atina a decir.
Aunque es normal que esos lapsus sucedan de vez en cuando, lo cierto es que con el pasar de los años se vuelve más frecuente, por lo regular, al entrar a los 40 ó 50, y en ciertos casos desde los 30.
Perder las llaves del carro, olvidar lo que se debía comprar en el supermercado o tener problemas para entender un manual de instrucciones también es común, y solo se vuelve alarmante si sucede con mucha frecuencia.
Por estos motivos es importante mantener una mente saludable: “El cerebro, como cualquier otra parte del cuerpo, necesita ejercitarse”, indica Ana Velásquez, del Centro de maximización del potencial de la inteligencia. Y es que ahora, con tanta tecnología disponible, las personas tienden a delegar las tareas a los aparatos: “Antes sabíamos el número de teléfono de nuestras casas; ahora tenemos que ver la agenda del celular para confirmarlo; si queremos hacer una multiplicación, por simple que sea, es la misma historia”, dice Carlos de León, instructor del programa de formación Dale Carnegie. “Tal parece que el cerebro cambió de lugar, y ahora está en esos aparatos”, ironiza.
Así que, de ahora en adelante, niños y adultos deberían deshacerse un tanto de los dispositivos electrónicos y utilizar el más maravilloso, complejo y misterioso de todos los aparatos: el cerebro.
Por cierto, el nombre del actor de Terminator es Arnold Schwarzenegger.
Evolución
De acuerdo con el libro Neurobics: The New Science of Brain Exercises, el cerebro es el resultado de millones de años de evolución biológica a partir de una estructura rudimentaria típica de los reptiles. Sobre ese cerebro “básico”, las especies más evolucionadas fueron superponiendo nuevas capas de tejidos cada vez con mayor volumen hasta llegar a la configuración de un cerebro de Homo Sapiens. Su parte más primitiva es el tallo encefálico o cerebro reptiliano, que está conectado con la parte superior de la médula espinal, y sirve para regular funciones vitales como la respiración, el metabolismo, para reaccionar y para realizar movimientos automáticos; ese cerebro no aprende, solo responde.
Con la aparición de los nuevos mamíferos se desarrollaron la corteza y el sistema límbico, y con ello la aparición de importantes herramientas para la supervivencia: el aprendizaje y la memoria.
A diferencia de otras especies, los mamíferos se mostraron capaces de recordar experiencias pasadas para repetirlas, o no, en un tiempo presente. Esa es la memoria, un proceso cognitivo que permite mantener información adquirida mediante estímulos, explica la psicóloga Nineth Alburez. “Es esta la que nos permite resolver problemas o enfrentar situaciones del presente”, agrega.
En tanto, con el sistema límbico, las sensaciones se multiplicaron, ya que es la sede de las emociones, como cuando el miedo paraliza o cuando el amor enloquece.
En otras fases evolutivas, los mamíferos superiores agregaron un nuevo estrato de células cerebrales que configuraron el neocórtex, la región que permite planificar, comprender y razonar; allí está el pensamiento.
Desde el siglo XIX, psicólogos y fisiólogos debatieron acerca de la posibilidad de que mente y cerebro fueran lo mismo, y hoy no se duda de eso: el soporte físico de la mente es el cerebro. Allí, entonces, está la esencia de cada ser humano, pues es donde se ubica todo lo que piensa, siente e imagina.
Sin embargo, aún no está claro por qué se recuerdan algunas cosas y otras no. Incluso, resulta impreciso mencionar teorías acerca del proceso de la construcción de la memoria, ya que hay diversas y se carece de una teoría global.
Lo cierto, eso sí, es que todos tenemos una memoria individual y otra creada socialmente, influenciada mediante la literatura, historia, la televisión o la radio. A diferencia de otras especies, solo la humana tiene esa memoria social.
Estimulación temprana
En la música está resumida la esencia de la inteligencia humana, la cual se puede describir como la suma perfecta entre la razón y la emoción. Cuando el músico hace su trabajo, debe usar su memoria para recordar la pieza, ojea de vez en cuando la partitura y emplea la concentración necesaria para convertir sus movimientos en una ejecución virtuosa. Con la música hay sensaciones de placer o rechazo.
Esta es la principal razón por la cual los expertos recomiendan ponerle música a los niños cuando aún están en el vientre materno, es para que desarrollen su potencial cerebral.
Durante los primeros años de vida, el trabajo primordial del cerebro es asegurarse de que todas sus células estén conectadas de manera adecuada, aunque también corta varias de ellas, pues hay tantas y están tan mezcladas que existe un caos. Un niño de 3 años, por ejemplo, tiene dos veces más conexiones entre las células que un adulto.
El cerebro de los niños en sus primeros años, entonces, debe decidir qué conexiones mantiene y cuáles elimina. Esa operación, de hecho, es la clave de por qué se debe estimular el cerebro de los niños mediante juegos e inducirlos a pensar, pues este solo retendrá aquellas conexiones que use; las demás, las suprimirá y nunca más serán recuperadas.
En la pubertad, el cerebro inicia otro recorte de conexiones, mientras que su corteza prefrontal —base del juicio y del autocontrol— empieza a madurar, un proceso que finaliza a los 20 años, aproximadamente.
De esta forma se sabe que entre más temprano sea la educación de un niño, mejor.
Ana Velásquez considera, sin embargo, que mediante la Teoría de la Modificabilidad Estructural Cognitiva, desarrollada por el médico israelí Reuven Feuerstein, las personas pueden modificar su capacidad de aprendizaje y desarrollar su retención de memoria a cualquier edad y en cualquier circunstancia. Alburez, al respecto, menciona que “lo importante no es recordar mucha información, sino mantener presentes los patrones y procesos de pensamiento”.
Ambas especialistas indican que el Programa de Enriquecimiento Instrumental, también de Israel, ayuda a mantener las funciones cognitivas y operaciones mentales de la persona, quizás, incluso, para retrasar enfermedades como el Alzheimer, pues logra retardar el deterioro de la memoria.
La única desventaja de memorizar es que se corre el riesgo de adaptarse a un proceso ya conocido, pues la mente se vuelve rígida y se bloquea. Eso sucede, en la mayoría de ocasiones, con gente de edad adulta, por eso se suele decir que los jóvenes tienen una mente “abierta”, pues su cerebro aún está dispuesto a aprender.
“Neuróbicos”
La técnica de “neuróbicos” —ejercitación de la memoria— ayuda a mantener un continuo nivel de fortaleza y flexibilidad mental.
Dicho programa procura que el cerebro se adapte a hacer cosas que no son rutinarias, tales como cepillarse los dientes con la mano izquierda, si la persona es diestra, o con la mano derecha, si es zurda. De la misma forma ayudan otros ejercicios, más comunes, como la práctica de juegos de lógica, rompecabezas, ejercicios de memoria y resolución de pruebas mentales.
En la rutina se pueden poner en práctica otras tareas tan simples como aprenderse de inmediato el nombre de una persona que se acaba de conocer. Una forma es repetir tres veces el nombre de la persona que se acaba de conocer: “¡Alejandra!, qué bonito nombre, Alejandra. Mire, Alejandra, ¿cuándo podríamos tener una reunión?”.
Otra técnica para mejorar el proceso de memorización es la mnemotecnia, que es el proceso de asociar ideas con imágenes.
Por ejemplo, si una persona se llama Julieta, se le puede relacionar con la protagonista de la novela Romeo y Julieta.
El curso de Dale Carnegie utiliza esto para enseñarles a sus estudiantes a retener información. Por ejemplo, para memorizar una lista de cinco productos para comprar en el supermercado, se numera del 1 al 5. Cada número lleva asignada la imagen de algo que rime: Uno, humo; dos, tos; tres, res; cuatro, teatro; cinco, brinco.
Luego, se hace la lista: papel, jabón, toallas, tomate, agua.
Por último, hay que relacionar las imágenes correspondientes a cada número con la lista del supermercado: imaginar que el papel saca humo, un jabón que tose, toallas que envuelven un pedazo de res, tomatazos en un teatro y que de un brinco se cae el agua. “Esto sirve también para memorizar fórmulas matemáticas y para el estudio en general”, dice Carlos de León.
Pero, sobre todo, estudiar de memoria no es la práctica más recomendable de prepararse para los exámenes, puesto que el estudio requiere comprensión.
La alimentación, asimismo, juega un papel importante en el funcionamiento del cerebro: levadura de cerveza, pescado, soya y otros productos con gran cantidad de vitamina E resultan de beneficio. “Los suplementos nutricionales que se venden en farmacias ayudan”, indica Velásquez.
Lo importante es recordar que nunca es tarde para ejercitar la memoria: quizás no con la facilidad de un niño, pero un adulto también puede sacar provecho de ello.
fuente: Prensa Libre
Si te ha gustado el artículo inscribete al feed clicando en la imagen más abajo para tenerte siempre actualizado sobre los nuevos contenidos del blog:
Espero que esta publicación te haya gustado. Si tienes alguna duda, consulta o quieras complementar este post, no dudes en escribir en la zona de comentarios. También puedes visitar Facebook, Twitter, Google +, Linkedin, Instagram, Pinterest y Feedly donde encontrarás información complementaria a este blog. COMPARTE EN!
0 comentarios:
Publicar un comentario
No incluyas enlaces clicables. No escribas los comentarios en mayúsculas. Caso contrario serán borrados. Muchas gracias por la colaboración..