Un cohete de la compañía SpaceX despegará desde Cabo Cañaveral el próximo 30 de abril en un viaje de prueba no tripulado. Pero cuatro firmas más preparan lanzamientos. Comienza la carrera. Una empresa lanza la primera nave a fin de mes.
Promediaban los años ‘70 cuando rusos y norteamericanos se afanaban por conquistar el espacio. Nadie hubiera imaginado que 40 años más tarde, esa misma disputa, iba a pasar a manos de consorcios privados. La primer beneficiada será la firma SpaceX, que el 30 de abril pondrá en órbita la cápsula Dragon.
Si todo ocurre como se proyectó, la Dragon se convertirá en la primera nave espacial no tripulada de una empresa en acoplarse a la Estación Espacial Internacional (ISS). Para este vuelo de prueba llevará 600 kilos de suministros y la travesía se extenderá 21 días.
Su lanzamiento será impulsado por el cohete Falcon 9, propiedad de SpaceX. La partida se realizará desde la base aérea de Cabo Cañaveral, Florida, cerca del Centro Espacial Kennedy de la NASA.
La Dragon pesa unas 6 toneladas y mide 5,2 metros de alto y 3,6 metros de diámetro. Está diseñada para llevar hasta 7 tripulantes o una carga en órbita baja terrestre (OBT) con más de 2.500 kilos. La cápsula se puede volver a usar.
Ya en destino, se producirá el acople de las naves. Pero en lugar de emplear el sistema de abordaje automático, los astronautas residentes en la base orbital usarán un el brazo robótico Canadarm2 para arrimarla hasta una de las escotillas del nodo Harmony. Allí permanecerá encallada una semana.
Una vez completada la misión, Dragon se desacoplará para regresar a la Tierra. Su ventaja con respecto al carguero ATV, de la Agencia Europea del Espacio (ESA) y el equivalente japonés HTV, es que tiene boleto de regreso. Esto le permite transportar equipos de la ISS, algo que solo conseguían las cápsulas rusas Soyuz.
Mike Horkachuck, responsable en la NASA del proyecto de SpaceX, considera que este momento es casi tan emocionante como fue el camino hacia el programa Apolo “no vamos a la Luna ni nada tan espectacular como aquello, pero estamos en el inicio de la comercialización del espacio”.
El amerizaje de la Dragon, asistido por paracaídas, está previsto que ocurra en el Océano Pacífico, frente a las costas de California.
El ensayo del lanzamiento del cohete Falcon 9 con la cápsula fue en diciembre de 2010, fecha en que la nave dio dos vueltas a la Tierra, logró una altitud de 180 km y una estancia de 3 horas y 20 minutos en el espacio, antes de desplomarse en el mar.
Para el envío de carga a la ISS, la NASA ha seleccionado, además de SpaceX, a Orbital Sciences Corporation, bajo un contrato estimado en 3.500 millones de dólares.
El programa Servicios Comerciales de Transporte Orbital, en inglés Commercial Orbital Transportation Services (COTS), es un emprendimiento para coordinar la entrega de carga y astronautas a la ISS mediante compañías privadas. Ya que por el momento no tiene previsto producir vehículos propios para estas misiones.
Tras el cese del programa del transbordador espacial estadounidense, en julio de 2011, y con la decisión de Barack Obama de utilizar al sector privado para entrar en órbita baja, la NASA destinó 270 millones de dólares, en concepto de sustento técnico y financiero, para las empresas aeroespaciales consideradas más prometedoras. En la lista figuran Boeing, Lockheed Martin, Sierra Nevada y Blue Origin.
La próxima empresa en despegar será Orbital Science Corporation, que está ultimando los detalles del cohete Antares y de su cápsula Cygnus. Se trata de una nave de reabastecimiento no tripulada. Consta de dos componentes: el módulo de servicio, que se basa en el vehículo espacial STAR de Orbital, y el módulo de carga.
Gran parte de su cohete, está impulsado por combustible líquido que se elabora en Ucrania, mientras sus motores tienen 40 años y pertenecieron al cohete lunar N1 de fabricación soviética.
El tercero en discordia es Lockhedd Martin, que está adaptando la cápsula Orion, concebida para viajar a la Luna, dentro del programa Constellation. Pero como fue cancelado, será convertida en un bote salvavidas para la ISS. Es para que en caso de emergencia pueda rescatar a los astronautas para devolverlos a la Tierra. Pero la empresa quiere también acomodarla para el envío de tripulaciones.
fuente: Clarín
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