Actualmente el etanol es promocionado en muchos países como "biocombustible", energía proveniente de la biomasa.
¿Pero es el etanol en el buen sentido de la palabra un biocombustible?
Esta molécula tan mencionada últimamente nos la presenta el imperio en sus principales vehículos dominadores -la televisión- como la panacea de la energía ecológica cuando peligrosamente podría llevar a la muerte, y es por eso que la catalogo como el combustible del hambre.
Antes que nada, sincerémonos en algunos aspectos con este carburante y hagamos algunas comparaciones frente a la gasolina. Es evidente que la producción de CO2 –uno de los tres gases del efecto invernadero- es menor que frente a la gasolina porque a simple vista vemos que el etanol tiene 2 carbonos y la gasolina en un 95% tiene 8 carbonos. Si alguien pudiera hacer el ejercicio se daría cuenta que 2 moléculas de etanol produce 4 moléculas de CO2 y 2 moléculas de isooctano producirían 16 moléculas de CO2, esto en condiciones ideales de combustión completa. Ahora, es evidente que la emisión del gas invernadero proveniente del etanol es un poco menor, pero por esta razón no se le puede llamar combustible ecológico. Por lo tanto creo que el etanol solo pasa nomás, a ser una alternativa energética.
¿Cuál es el principal y fuerte problema del etanol? El verdadero debate
La producción se realiza a través de la fermentación de los azúcares provenientes de caña de azúcar, maíz entre otros cereales, -también de la celulosa- pero para esto se requiere cultivar grandes extensiones de tierras en estos rubros, que fácilmente podrían ser usados en la alimentación de seres humanos, ya que son ricos en carbohidratos: principal fuente de energía para vivir. Y es que sería poco sensato estar produciendo grandes cantidades del combustible solo para dar energía a los automóviles cuando el déficit de alimentos y la desnutrición en los países en vias de desarrollo es muy alta.
En Venezuela se esta intentando imponer esta estrategia imperial queriendola imponer, haciendo creer que el etanol es la salvación ante los problemas ecológicos donde detrás se mueve la muerte, la destrucción de grandes terrenos, el aumento acelerado en los precios de los alimentos, el agotamiento del agua y el enriquecimiento desmedido de unos pocos capitalistas con más bolsillo que corazón.
Debemos comenzar por entender que posiblemente ahora se siembre para no comer, que el agua para beber no se usará para regar los futuros alimentos y que con más razón el nutrasweet y la esplenda se conviertan en el mejor remedio para endulzar.
Uno de los debates que hay hoy en día es el etanol como solución energética a los combustibles fósiles. Este debate surge tras el acuerdo del presidente brasileño Lula y el norteamericano Bush, para potenciarlo. Por otro lado, llamó muchísimo la atención un artículo de Fidel Castro oponiéndose a la alternativa del etanol en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, como alternativa energética y en segundo como un problema alimenticio que provocará un desastre ecológico.
En este debate ha intervenido la ONU, organismo nada sospechoso, con un informe demoledor contra el etanol. Veamos algunos apartados de dicho informe.
“Las prisas por producir ingentes cantidades de energía de maíz, la caña de azúcar, la soja o la palma acelerarán la deforestación mundial, provocarán hambrunas, expulsarán a los pequeños agricultores de sus tierras y harán más pobres las regiones del planeta que ya lo son”.
Las grandes extensiones de tierras, que se requieren para aumentar la producción de bioenergía, serán arrebatados a las áreas forestales, lo que producirá una liberación de grandes cantidades de carbono del suelo o de la biomasa forestal. Para minimizar las emisiones de gas que produce el efecto invernadero asociado a la producción de biocombustible, la ONU recomienda que la industria preserve los pastizales vírgenes, los bosques primarios y las tierras con una alta diversidad.
Para Gustavo Vest, vicepresidente de estudios energéticos de la ONU, dice “a menos que las nuevas políticas que se pongan en marcha tengan en cuenta la protección de las tierras amenazadas, garanticen un uso socialmente aceptable de la tierra y vayan encaminadas a un desarrollo sostenible en su conjunto, el daño social y medioambiental de la bioenergía puede, en muchos casos, superar a los beneficios”.
El director adjunto de la FAO, Alexander Iler, dice “dentro de unos años los biocombustibles supondrán el 25% de toda la energía mundial”. Esto supone un volumen de negocio de miles de millones de euros anuales y es uno de los más rápidos crecimientos del mundo.
Como vemos este informe es demoledor. Analicemos por partes las consecuencias del etanol en nuestras vidas.
LA AGRICULTURA. Podemos comprobar que con la actual producción de cereales y oleaginosas y descontado lo necesario para la alimentación humana, sólo llegamos a cubrir el 2% de las actuales necesidades energéticas mundiales. La explotación de la agricultura para obtener energía está desajustando los cultivos en las que está basada la alimentación de muchos países y produce un aumento de sus precios, lo que origina problemas de abastecimiento.
El modelo agrícola industrializado no es rentable desde un punto de vista energético y ecológico. Se inicia una nueva escalada agrícola que agrava el problema energético y amenaza con grandes hambrunas a cientos de millones de seres humanos.
Por ejemplo el maíz produce una gran erosión del suelo y al no haber rotaciones de producción aumenta la vulnerabilidad a las enfermedades y el aumento del uso de pesticidas.
Ni Estados Unidos ni la Unión Europea son capaces de satisfacer sus necesidades, por lo tanto, serán los países pobres del hemisferio sur quienes tengan que producirlas mediante grandes plantaciones de caña de azúcar, palma, soja, maíz. El cultivo de la soja ya ha producido la deforestación de 21 millones de ha. en Brasil y 14 millones en Argentina. Ante la presión del mercado global de biocombustibles, se calcula que en Brasil se provocará la deforestación de 60 millones de hectáreas, haciendo desaparecer la selva del Amazonas y su función de pulmón del mundo.
Este daño es de proporciones incalculables no solo para Brasil sino para toda la humanidad. En Brasil, el cultivo de la soja desplaza once agricultores por cada nuevo que crea.
Los datos sobre la superficie agrícola mundial desmienten el argumento de los partidarios del etanol, en el sentido de que la producción de dichos elementos no afectará a la producción de alimentos. Recientes estudios demuestran que la utilización de la totalidad de la superficie de la Unión Europea apenas permitirá atender el 30 % de las necesidades actuales de combustibles.
Esta tendencia de expansión del biocombustible nos lleva a un holocausto social de formidables consecuencias. Un aumento del uno por ciento en el precio de los alimentos básicos significa aumentar en dieciséis millones de personas las que pasan hambre. Los últimos cálculos conservadores nos hablan que para el año 2025, mil doscientos millones de personas estarán hambrientas, debido al aumento del precio de los alimentos a consecuencia de los biocombustibles.
Lester Brown, director del Herat Policy Institute nos dice: “la cantidad de cereal que se necesita para llenar un tanque de casi cien litros con etanol, alcanza para alimentar a una persona un año entero. La competición por los granos entre los ochocientos millones de automovilistas y los dos mil millones de personas pobres que hay en el mundo puede conducir a revueltas populares”.
El periodista británico George Monbiot, dice “que para mover los coches y autobuses británicos con biodiesel se requerirían sembrar 25,9 millones de ha. Sin embargo, existen en el Reino Unido solo 5,7 millones de ha.”. Ricardo Mascherani investigador de la Universidad del Litoral, dice “si hoy el mundo abandonará la quema de hidrocarburos y pasase a los biocombustibles, se necesitarían plantar una cantidad de ha equivalentes a varios planetas”.
EL CAMBIO CLIMÁTICO. Como dice el ingeniero Baltanás los biocombustibles, tal como se plantean no mitigarán el cambio climático, pues la combustión de biodiesel produce más óxido de nitrógeno, que los que en la atmósfera producen el efecto invernadero, veinticuatro veces superior al del dióxido de carbono.
.
Para Altery, profesor de agroecología por la universidad de Berkeley dice que los biocombustibles son una tragedia ecológica y social. Con su producción se creará un problema muy grande de soberanía alimentaría, ya que hay miles de hectáreas de soja, caña de azúcar y palma que se van a expandir, lo que va a producir una deforestación masiva y se va a aumentar la escala de producción de monocultivos mecanizados, con altas dosis de fertilizantes, especialmente la Atrazina, que es un herbicida muy nocivo para la salud.
El desarrollo de los biocombustibles no tiene ningún sentido energético ya que todos los estudios que se han hecho demuestran que se necesita más petróleo para fabricarlos. Así para el etanol de maíz se necesitan 1,3 kilocalorías de petróleo para producir una caloría de bioetanol.
Uno de los principales argumentos de quienes defienden el etanol es que estas nuevas formas de energía ayudarán a mitigar el cambio climático. Esto no es así, se promueve un monocultivo mecanizado que necesita de productos agroquímicos muy agresivos y abundante maquinaría, lo que provocará un aumento de las emisiones de CO2. Mientras los bosques captores del carbono son eliminados para favorecer los cultivos del biocombustible. Las emisiones de CO2 aumentarán y no disminuirán.
No es cierto que los biocombustibles no contaminen. El etanol produce menos emisiones de carbono, pero el proceso de obtención contamina el suelo y el agua con nitratos, herbicidas, pesticidas y deshechos y el aire con aldehidos y alcoholes que son cancerigenos. El supuesto de un combustible “verde y limpio” es una mentira
La Oficina Belga de Asuntos Científicos demuestra que los biocombustibles provocan más problemas de salud y de medio ambiente porque crea una polución más pulverizada y libera más contaminantes que destruye la capa de ozono
ET: es el Indice de Evaporación de agua dulce, SOYBEAN es Soja.
LOS BIOCOMBUSTIBLES Y EL AGUA. Todo el mundo sabe que el agua es uno de los grandes problemas con los que nos enfrentamos. La expansión de los biocombustibles hará aumentar exponencialmente el uso del agua, lo cual agravará mucho la situación Así mismo al aumentar el uso de los pesticidas, hará que aumente su nivel de contaminación. Por ejemplo vemos como el maíz requiere grandes cantidades de nitrógeno químico como fertilizante y que es uno de los mayores responsables de la contaminación del agua y del suelo.
La contaminación de acuíferos con nitratos se ha extendido en niveles altamente peligrosos en muchas poblaciones. Los niveles de contaminación hídrica en China, India y América del Sur son muy preocupantes y con esta nueva expansión agrícola no generará una gran escasez hídrica sino que originará una fuerte contaminación del agua.
En Estados Unidos más del 25% de las fuentes de agua potable contienen niveles de nitratos por encima de los límites sanitarios lógicos. Estos altos niveles de nitratos son peligrosos para la salud humana y hay estudios médicos que vinculan estos nitratos a la metahemoglobinemia en niños y el cáncer gástrico, de vejiga y de esófago en adultos.
La expansión del maíz en áreas de secano con en Kansas, exige una gran cantidad de recursos hídricos. Ya hace años se calculaba que para el año 2035 estarían agotados sus recursos pero con esta ampliación agrícola se calcula que el acuífero Ogalalla no llegué a 2025 por su total agotamiento, con lo que la catástrofe ecológica y social está servida.
Según las estadísticas del Consejo Mundial del Agua estiman que para el año 2015 el número de habitantes afectados por la falta de agua se elevará a 3.500 millones de personas, y cualquier aumento del consumo agravará el panorama ecológico y social del planeta.
LA SALUD . Como ya estamos viendo, los problemas de salud que nos generará el etanol son muy importantes. Los científicos nos dicen que si todos los coches de Estados Unidos utilizarán el etanol, aumentaría de forma muy importante las enfermedades de tipo respiratorio.
Veamos un ejemplo, en la ciudad de Bogotá, desde hace más de un año se usa el etanol en la gasolina y se han incrementado dramáticamente los niveles de ozono en el aire.
Una mayor cantidad de ozono, que es una sustancia altamente oxidante de las vías respiratorias debido a que el otro ingrediente (óxidos de nitrógeno, hace que se produzca en mayor cantidad cuando hay más oxigeno. En una atmósfera en la que coexisten material particulado y ozono, se potencia el riesgo para la salud. Como dice el doctor García Lozada “el ozono es una sustancia con un poder oxidante muy alto”. Por esa razón las mucosas nasales reaccionan dificultando la respiración y provocando la inflamación de las mucosas que se refuerza por la presencia de partículas tóxicas en el aire y el problema se agrava.
El alcohol en la gasolina promueve una mayor formación de compuestos oxigenados de alto riesgo como el acetaldehído, reconocido como una sustancia con potencial de producir cáncer en los humanos. Un estudio reciente demuestra que las emisiones de este compuesto al quemar la gasolina con etanol se incrementa has un 100% con mezclas qie solo contenían el 3% de alcohol y el resto gasolina.
Como podemos comprobar a pesar de que son conocidos a través de estudios e investigaciones todos estos efectos del etanol, vemos como siempre priman los intereses políticos y económicos además están los intereses de las multinacionales-
ETANOL Y MULTINACIONALES. La crisis energética ha proporcionado la oportunidad para crear poderosas alianzas entre la industria del petróleo, los granos, la ingeniería genética y la del automóvil. Los grandes beneficiarios de esta expansión de los biocombustibles serán las grandes multinacionales del grano, Cargill, ADM, Burges, las petroleras BP, Shell, Chevron…., las compañías automovilísticas, General Motors, Ford, Wolkwagen, Toyota….., las multinacionales de la biotecnología Monsanto, DuPont….
La industria de la biotecnología intenta mejorar su imagen desarrollando semillas transgénica para la producción de energía. La biotecnología será usada para limpiar su imagen, diciendo que favorecerá el desarrollo del etanol y que no atenta a la salud humana.
Como dice The Economist, el etanol es la única iniciativa de energía alternativa que tiene amplio apoyo político. A los agricultores les agrada esto porque proporciona una nueva fuente de subsidios. A los partidarios de la línea dura porque posibilita que estados Unidos pueda separarse del petróleo de Oriente Medio. A la industria de los coches porque considera que el cambio a combustibles verdes excluiría a los coches de las presiones por el calentamiento global. A las petroleras porque el uso del etanol como aditivo al combustible significa negocio y a los políticos porque mediante el subsidio puede favorecer a sus electores potenciales.
Como vemos una cosa es lo que nos venden los políticos y los intereses económicos de las multinacionales y otra la realidad de la vida. Debemos decir muy alto y muy claro que el etanol no es una alternativa energética al petróleo ni favorece al cambio climático. Si que está claro que es un desastre ecológico y social de consecuencias imprevisibles. Por lo que todos aquellos que amamos la naturaleza y al ser humano debemos oponernos por todos los medios a este nuevo dislate de los poderes económicos y políticos del mundo.
¿Pero es el etanol en el buen sentido de la palabra un biocombustible?
Esta molécula tan mencionada últimamente nos la presenta el imperio en sus principales vehículos dominadores -la televisión- como la panacea de la energía ecológica cuando peligrosamente podría llevar a la muerte, y es por eso que la catalogo como el combustible del hambre.
Antes que nada, sincerémonos en algunos aspectos con este carburante y hagamos algunas comparaciones frente a la gasolina. Es evidente que la producción de CO2 –uno de los tres gases del efecto invernadero- es menor que frente a la gasolina porque a simple vista vemos que el etanol tiene 2 carbonos y la gasolina en un 95% tiene 8 carbonos. Si alguien pudiera hacer el ejercicio se daría cuenta que 2 moléculas de etanol produce 4 moléculas de CO2 y 2 moléculas de isooctano producirían 16 moléculas de CO2, esto en condiciones ideales de combustión completa. Ahora, es evidente que la emisión del gas invernadero proveniente del etanol es un poco menor, pero por esta razón no se le puede llamar combustible ecológico. Por lo tanto creo que el etanol solo pasa nomás, a ser una alternativa energética.
¿Cuál es el principal y fuerte problema del etanol? El verdadero debate
La producción se realiza a través de la fermentación de los azúcares provenientes de caña de azúcar, maíz entre otros cereales, -también de la celulosa- pero para esto se requiere cultivar grandes extensiones de tierras en estos rubros, que fácilmente podrían ser usados en la alimentación de seres humanos, ya que son ricos en carbohidratos: principal fuente de energía para vivir. Y es que sería poco sensato estar produciendo grandes cantidades del combustible solo para dar energía a los automóviles cuando el déficit de alimentos y la desnutrición en los países en vias de desarrollo es muy alta.
En Venezuela se esta intentando imponer esta estrategia imperial queriendola imponer, haciendo creer que el etanol es la salvación ante los problemas ecológicos donde detrás se mueve la muerte, la destrucción de grandes terrenos, el aumento acelerado en los precios de los alimentos, el agotamiento del agua y el enriquecimiento desmedido de unos pocos capitalistas con más bolsillo que corazón.
Uno de los debates que hay hoy en día es el etanol como solución energética a los combustibles fósiles. Este debate surge tras el acuerdo del presidente brasileño Lula y el norteamericano Bush, para potenciarlo. Por otro lado, llamó muchísimo la atención un artículo de Fidel Castro oponiéndose a la alternativa del etanol en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, como alternativa energética y en segundo como un problema alimenticio que provocará un desastre ecológico.
En este debate ha intervenido la ONU, organismo nada sospechoso, con un informe demoledor contra el etanol. Veamos algunos apartados de dicho informe.
“Las prisas por producir ingentes cantidades de energía de maíz, la caña de azúcar, la soja o la palma acelerarán la deforestación mundial, provocarán hambrunas, expulsarán a los pequeños agricultores de sus tierras y harán más pobres las regiones del planeta que ya lo son”.
Las grandes extensiones de tierras, que se requieren para aumentar la producción de bioenergía, serán arrebatados a las áreas forestales, lo que producirá una liberación de grandes cantidades de carbono del suelo o de la biomasa forestal. Para minimizar las emisiones de gas que produce el efecto invernadero asociado a la producción de biocombustible, la ONU recomienda que la industria preserve los pastizales vírgenes, los bosques primarios y las tierras con una alta diversidad.
Para Gustavo Vest, vicepresidente de estudios energéticos de la ONU, dice “a menos que las nuevas políticas que se pongan en marcha tengan en cuenta la protección de las tierras amenazadas, garanticen un uso socialmente aceptable de la tierra y vayan encaminadas a un desarrollo sostenible en su conjunto, el daño social y medioambiental de la bioenergía puede, en muchos casos, superar a los beneficios”.
El director adjunto de la FAO, Alexander Iler, dice “dentro de unos años los biocombustibles supondrán el 25% de toda la energía mundial”. Esto supone un volumen de negocio de miles de millones de euros anuales y es uno de los más rápidos crecimientos del mundo.
Como vemos este informe es demoledor. Analicemos por partes las consecuencias del etanol en nuestras vidas.
LA AGRICULTURA. Podemos comprobar que con la actual producción de cereales y oleaginosas y descontado lo necesario para la alimentación humana, sólo llegamos a cubrir el 2% de las actuales necesidades energéticas mundiales. La explotación de la agricultura para obtener energía está desajustando los cultivos en las que está basada la alimentación de muchos países y produce un aumento de sus precios, lo que origina problemas de abastecimiento.
El modelo agrícola industrializado no es rentable desde un punto de vista energético y ecológico. Se inicia una nueva escalada agrícola que agrava el problema energético y amenaza con grandes hambrunas a cientos de millones de seres humanos.
Por ejemplo el maíz produce una gran erosión del suelo y al no haber rotaciones de producción aumenta la vulnerabilidad a las enfermedades y el aumento del uso de pesticidas.
Ni Estados Unidos ni la Unión Europea son capaces de satisfacer sus necesidades, por lo tanto, serán los países pobres del hemisferio sur quienes tengan que producirlas mediante grandes plantaciones de caña de azúcar, palma, soja, maíz. El cultivo de la soja ya ha producido la deforestación de 21 millones de ha. en Brasil y 14 millones en Argentina. Ante la presión del mercado global de biocombustibles, se calcula que en Brasil se provocará la deforestación de 60 millones de hectáreas, haciendo desaparecer la selva del Amazonas y su función de pulmón del mundo.
Este daño es de proporciones incalculables no solo para Brasil sino para toda la humanidad. En Brasil, el cultivo de la soja desplaza once agricultores por cada nuevo que crea.
Los datos sobre la superficie agrícola mundial desmienten el argumento de los partidarios del etanol, en el sentido de que la producción de dichos elementos no afectará a la producción de alimentos. Recientes estudios demuestran que la utilización de la totalidad de la superficie de la Unión Europea apenas permitirá atender el 30 % de las necesidades actuales de combustibles.
Esta tendencia de expansión del biocombustible nos lleva a un holocausto social de formidables consecuencias. Un aumento del uno por ciento en el precio de los alimentos básicos significa aumentar en dieciséis millones de personas las que pasan hambre. Los últimos cálculos conservadores nos hablan que para el año 2025, mil doscientos millones de personas estarán hambrientas, debido al aumento del precio de los alimentos a consecuencia de los biocombustibles.
Lester Brown, director del Herat Policy Institute nos dice: “la cantidad de cereal que se necesita para llenar un tanque de casi cien litros con etanol, alcanza para alimentar a una persona un año entero. La competición por los granos entre los ochocientos millones de automovilistas y los dos mil millones de personas pobres que hay en el mundo puede conducir a revueltas populares”.
El periodista británico George Monbiot, dice “que para mover los coches y autobuses británicos con biodiesel se requerirían sembrar 25,9 millones de ha. Sin embargo, existen en el Reino Unido solo 5,7 millones de ha.”. Ricardo Mascherani investigador de la Universidad del Litoral, dice “si hoy el mundo abandonará la quema de hidrocarburos y pasase a los biocombustibles, se necesitarían plantar una cantidad de ha equivalentes a varios planetas”.
EL CAMBIO CLIMÁTICO. Como dice el ingeniero Baltanás los biocombustibles, tal como se plantean no mitigarán el cambio climático, pues la combustión de biodiesel produce más óxido de nitrógeno, que los que en la atmósfera producen el efecto invernadero, veinticuatro veces superior al del dióxido de carbono.
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Para Altery, profesor de agroecología por la universidad de Berkeley dice que los biocombustibles son una tragedia ecológica y social. Con su producción se creará un problema muy grande de soberanía alimentaría, ya que hay miles de hectáreas de soja, caña de azúcar y palma que se van a expandir, lo que va a producir una deforestación masiva y se va a aumentar la escala de producción de monocultivos mecanizados, con altas dosis de fertilizantes, especialmente la Atrazina, que es un herbicida muy nocivo para la salud.
El desarrollo de los biocombustibles no tiene ningún sentido energético ya que todos los estudios que se han hecho demuestran que se necesita más petróleo para fabricarlos. Así para el etanol de maíz se necesitan 1,3 kilocalorías de petróleo para producir una caloría de bioetanol.
Uno de los principales argumentos de quienes defienden el etanol es que estas nuevas formas de energía ayudarán a mitigar el cambio climático. Esto no es así, se promueve un monocultivo mecanizado que necesita de productos agroquímicos muy agresivos y abundante maquinaría, lo que provocará un aumento de las emisiones de CO2. Mientras los bosques captores del carbono son eliminados para favorecer los cultivos del biocombustible. Las emisiones de CO2 aumentarán y no disminuirán.
No es cierto que los biocombustibles no contaminen. El etanol produce menos emisiones de carbono, pero el proceso de obtención contamina el suelo y el agua con nitratos, herbicidas, pesticidas y deshechos y el aire con aldehidos y alcoholes que son cancerigenos. El supuesto de un combustible “verde y limpio” es una mentira
La Oficina Belga de Asuntos Científicos demuestra que los biocombustibles provocan más problemas de salud y de medio ambiente porque crea una polución más pulverizada y libera más contaminantes que destruye la capa de ozono
ET: es el Indice de Evaporación de agua dulce, SOYBEAN es Soja.
LOS BIOCOMBUSTIBLES Y EL AGUA. Todo el mundo sabe que el agua es uno de los grandes problemas con los que nos enfrentamos. La expansión de los biocombustibles hará aumentar exponencialmente el uso del agua, lo cual agravará mucho la situación Así mismo al aumentar el uso de los pesticidas, hará que aumente su nivel de contaminación. Por ejemplo vemos como el maíz requiere grandes cantidades de nitrógeno químico como fertilizante y que es uno de los mayores responsables de la contaminación del agua y del suelo.
La contaminación de acuíferos con nitratos se ha extendido en niveles altamente peligrosos en muchas poblaciones. Los niveles de contaminación hídrica en China, India y América del Sur son muy preocupantes y con esta nueva expansión agrícola no generará una gran escasez hídrica sino que originará una fuerte contaminación del agua.
En Estados Unidos más del 25% de las fuentes de agua potable contienen niveles de nitratos por encima de los límites sanitarios lógicos. Estos altos niveles de nitratos son peligrosos para la salud humana y hay estudios médicos que vinculan estos nitratos a la metahemoglobinemia en niños y el cáncer gástrico, de vejiga y de esófago en adultos.
La expansión del maíz en áreas de secano con en Kansas, exige una gran cantidad de recursos hídricos. Ya hace años se calculaba que para el año 2035 estarían agotados sus recursos pero con esta ampliación agrícola se calcula que el acuífero Ogalalla no llegué a 2025 por su total agotamiento, con lo que la catástrofe ecológica y social está servida.
Según las estadísticas del Consejo Mundial del Agua estiman que para el año 2015 el número de habitantes afectados por la falta de agua se elevará a 3.500 millones de personas, y cualquier aumento del consumo agravará el panorama ecológico y social del planeta.
LA SALUD . Como ya estamos viendo, los problemas de salud que nos generará el etanol son muy importantes. Los científicos nos dicen que si todos los coches de Estados Unidos utilizarán el etanol, aumentaría de forma muy importante las enfermedades de tipo respiratorio.
Veamos un ejemplo, en la ciudad de Bogotá, desde hace más de un año se usa el etanol en la gasolina y se han incrementado dramáticamente los niveles de ozono en el aire.
Una mayor cantidad de ozono, que es una sustancia altamente oxidante de las vías respiratorias debido a que el otro ingrediente (óxidos de nitrógeno, hace que se produzca en mayor cantidad cuando hay más oxigeno. En una atmósfera en la que coexisten material particulado y ozono, se potencia el riesgo para la salud. Como dice el doctor García Lozada “el ozono es una sustancia con un poder oxidante muy alto”. Por esa razón las mucosas nasales reaccionan dificultando la respiración y provocando la inflamación de las mucosas que se refuerza por la presencia de partículas tóxicas en el aire y el problema se agrava.
El alcohol en la gasolina promueve una mayor formación de compuestos oxigenados de alto riesgo como el acetaldehído, reconocido como una sustancia con potencial de producir cáncer en los humanos. Un estudio reciente demuestra que las emisiones de este compuesto al quemar la gasolina con etanol se incrementa has un 100% con mezclas qie solo contenían el 3% de alcohol y el resto gasolina.
Como podemos comprobar a pesar de que son conocidos a través de estudios e investigaciones todos estos efectos del etanol, vemos como siempre priman los intereses políticos y económicos además están los intereses de las multinacionales-
ETANOL Y MULTINACIONALES. La crisis energética ha proporcionado la oportunidad para crear poderosas alianzas entre la industria del petróleo, los granos, la ingeniería genética y la del automóvil. Los grandes beneficiarios de esta expansión de los biocombustibles serán las grandes multinacionales del grano, Cargill, ADM, Burges, las petroleras BP, Shell, Chevron…., las compañías automovilísticas, General Motors, Ford, Wolkwagen, Toyota….., las multinacionales de la biotecnología Monsanto, DuPont….
La industria de la biotecnología intenta mejorar su imagen desarrollando semillas transgénica para la producción de energía. La biotecnología será usada para limpiar su imagen, diciendo que favorecerá el desarrollo del etanol y que no atenta a la salud humana.
Como dice The Economist, el etanol es la única iniciativa de energía alternativa que tiene amplio apoyo político. A los agricultores les agrada esto porque proporciona una nueva fuente de subsidios. A los partidarios de la línea dura porque posibilita que estados Unidos pueda separarse del petróleo de Oriente Medio. A la industria de los coches porque considera que el cambio a combustibles verdes excluiría a los coches de las presiones por el calentamiento global. A las petroleras porque el uso del etanol como aditivo al combustible significa negocio y a los políticos porque mediante el subsidio puede favorecer a sus electores potenciales.
Como vemos una cosa es lo que nos venden los políticos y los intereses económicos de las multinacionales y otra la realidad de la vida. Debemos decir muy alto y muy claro que el etanol no es una alternativa energética al petróleo ni favorece al cambio climático. Si que está claro que es un desastre ecológico y social de consecuencias imprevisibles. Por lo que todos aquellos que amamos la naturaleza y al ser humano debemos oponernos por todos los medios a este nuevo dislate de los poderes económicos y políticos del mundo.
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