Seis bailarines miraron la luz que se desvanecía una fría noche de sábado y saludaron por última vez como integrantes del New York City Ballet. Formaban parte de los once miembros del cuerpo de ballet de la compañía –algunos de ellos de apenas veintipocos años– que pasaban a integrar las crecientes filas de trabajadores despedidos en los EE.UU. que luchaban por abrirse nuevos caminos en medio de la recesión.
En febrero les comunicaron que no les renovarían el contrato, sobre todo por motivos económicos. Algunos se fueron muy poco después. Otros bailaron por última vez la semana que finalizó el 18 de julio, en momentos en que la compañía cerraba su temporada de verano en el Saratoga Performing Arts Center.
ABAJO DEL ESCENARIO. Miembros del New York City Ballet se suman a las crecientes filas de trabajadores despedidos. Se les comunicó a once bailarines que no se les renovaría el contrato.
Los despidos produjeron una compleja serie de respuestas por parte de los bailarines, que desde la infancia soportaron largas horas de esfuerzo y encierro con el fin de conseguir un nivel de excelencia y un lugar en la cima del mundo del ballet, para de pronto verse desocupados, borrados, como si nunca hubieran estado presentes, dijo una de las bailarinas, Sophie Flack, de 25 años, que llevaba ocho en el cuerpo de baile. "Fue el fin de la vida que conocía desde chica." Algunos, como Flack, decidieron abandonar la danza y asistir a la universidad.
Otros se presentarán a audiciones para otras compañías, algo que se hizo más complicado como consecuencia de los tiempos difíciles que viven las instituciones artísticas de todo el país. Una bailarina de 21 años piensa estudiar diseño de vestuario. Todos los bailarines recibieron indemnización y tres meses adicionales de cobertura médica, además de encontrarse en condiciones de solicitar el pago de seguro de desempleo.
Los despidos hicieron que cada uno de los afectados se preguntara: "¿Por qué yo?" ¿Demasiadas lesiones? ¿Demasiados intereses adicionales que hacían parecer que la danza no era prioritaria? ¿Incapacidad de conseguir el beneplácito del director del ballet? "Todos se hicieron esa pregunta", dice Darius Barnes, de 21 años, que se va luego de pasar sólo una temporada en el cuerpo de baile. "Es imposible saberlo." Barnes señala que se presentó a audiciones para varias compañías y espectáculos de Broadway, "pero todavía no salió nada". Sólo tiene un puesto de suplente en una producción de "Aída" de la Metropolitan Opera de la próxima temporada.
Algunos bailarines también cuestionaron el hecho de que se incorpore a nuevos miembros al cuerpo de baile cuando a ellos se los despide, además de preguntarse por qué otras compañías lograron reducir costos sin recurrir a despidos. El director del ballet, Peter Martins, que fue el blanco de las quejas de los bailarines despedidos, se negó a conceder una entrevista, pero calificó la decisión de "lo más difícil que me tocó hacer en toda mi carrera profesional."
La reducción de personal, declaró, significaría un ahorro de 1,2 millones de dólares.
Agregó que el cuerpo de baile se reduciría de 101 integrantes, un número inusualmente alto, a unos 90.
La compañía también redujo sueldos, impuso un congelamiento de las nuevas contrataciones y disminuyó el gasto administrativo.
Tabachnick confirmó que se ascendería del rango de aprendices a un número que no especificó de nuevos integrantes del cuerpo, pero aclaró que los ascensos formarían parte de una renovación de la compañía, algo de vital importancia para la salud artística del City Ballet.
Los lugares de esos aprendices ascendidos se cubrirían con miembros de la School of American Ballet, de la que surgen los integrantes de la compañía, lo que daría lugar a una apertura para nuevos alumnos y permitiría que el talento siguiera fluyendo.
El sindicato que agrupa a los bailarines, el American Guild of Musical Artists, dijo que el City Ballet tenía derecho a no recontratar a los integrantes del cuerpo de baile
"Habríamos preferido discutir el tema y ver si había una forma de preservar los empleos, que es lo que hicimos en otros lugares", señaló James Fayette, el director gremial de la zona de Nueva York. "Se limitaron a tomar la decisión y no les interesó conversarlo." Tabachnick declaró que no había que hacer comparaciones con otras compañías debido al nutrido cuerpo de baile y al extenso repertorio del City Ballet. Katie Bergstrom, que tiene 25 años y pasó 7 en la compañía, dijo que el despido le resultó "aterrador e intimidatorio". "Sin embargo, me siento liberada", agregó. Dijo que en los últimos tiempos se había sentido muy inquieta y que la decisión del City Ballet fue el empujón que necesitaba para dejar la compañía y la danza. Ahora analiza convertirse en instructora de yoga y asistir al Hunter College de Manhattan.
Max van der Sterre, de veintitrés años, que también fue despedido, declaró que el sistema del City Ballet se basa en el carácter intercambiable de los bailarines, a los que se reemplaza con frecuencia debido a lesiones. Vi pasar a muchos bailarines," dijo. "Todos son descartables. Hasta los primeros bailarines son reemplazables. Así es el sistema."
fuente: NYC Times y Clarín
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