El microprocesador, la memoria y la placa de video para que funcione el sistema.
En algo más de dos meses se viene el Windows 7 y con su llegada se abren las típicas dudas sobre productividad, velocidad y configuración. Para que la máquina no viaje a paso de carreta, habrá que tener en cuenta los requerimientos necesarios para lograr un desempeño óptimo.
En la industria tecnológica todo está debidamente conectado. Cada vez que aparece un sistema operativo, los fabricantes de hardware aprovechan las novedades del software para impulsar una actualización en las piezas clave de los equipos. Así, quien pegue el salto desde XP deberá realizar una importante inversión estructural.
Por el contrario, el que lo haga desde Vista, prácticamente no tendrá que ajustar ninguna placa. Es que el cambio de Vista al 7 es tan ligero como fue el traspaso de Windows 95 al 98. El sistema es casi el mismo, aunque se extirparon los elementos que obstaculizaban su velocidad, y se le sumaron los adelantos que tuvieron lugar en estos últimos dos años.
Las exigencias oficiales de Microsoft incluyen un procesador de 1 GHz, 1 GB de memoria RAM, tarjeta gráfica y entre 16 y 20 GB de espacio libre en el disco rígido.
En términos gráficos, el Aero consume mucha memoria de video. Para aprovechar los efectos de transparencia, manejar varias ventana y tener previsualización automática mientras el resto se vuelve traslúcido, es indispensable que la placa de video cuente con un mínimo de 128 MB de memoria.
Sobre la desconfianza de instalar el Seven en un hardware mediocre, Daniel Levi, gerente de producto Windows & Office afirma que "la experiencia normal de usuario alcanza para mantener todos las aplicaciones de Office activas con 1 GB de memoria. Antes de comprar un programa muy específico, lo indicado es leer los requerimientos en la caja del producto". Sobre los riesgos de las copias ilegales, advierte: "muchos de los programas que se descargan ilegalmente tienen malware escondido. Y esto repercute negativamente en la eficacia del sistema".
El problema es que si uno pretende hacer un uso intensivo de las funciones, es probable que esta distribución sea insuficiente. Para moverse con soltura desde el reproductor de música, hasta una página con juegos, mientras se retocan algunas imágenes, lo ideal es duplicar dichas cantidades.
Con respecto al microprocesador, Martín Perroud, ingeniero en aplicaciones de Intel, indica que "se puede optar desde un Celeron hasta un Core i7. Claro que el desempeño no es el igual con uno que en otro. Tampoco es el mismo resultado si se ejecuta un Windows 7 Starter que un Ultimate".
Para que los usuarios de XP no experimenten un cambio brusco, las versiones Professional, Enterprise y Ultimate de Windows 7 incluye el Modo Windows XP, que permite tener este sistema dentro de Windows 7 virtualizado, y de esta forma seguir aprovechando la compatibilidad.
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