K’illa-Tik, como se llama este macho y que significa “brillo de luna”, en lengua quechua, fue encontrado herido en San Pedro Colalao, atacado por perros de un puesto de alta montaña.
Después de la intervención de la Dirección de Flora, Fauna Silvestres y Suelos, del Gobierno de Tucumán, fue derivado al Centro de Rescate en Buenos Aires. Allí, con el apoyo del ZOO Doue y el Grand Parc Puy du Fou de Francia, se realizó una completa rehabilitación que se completó finalmente, con la suelta en la Ciudad Sagrada de Quilmes.
Según los organizadores, se seleccionó este lugar de Tucumán, ubicado a pocos kilómetros de Amaicha del Valle, porque es reconocido su patrimonio natural y cultural.
Es una antigua área de asiento y desarrollo de los pueblos diaguitas y de la cultura Tafí, la primera cultura organizada del actual territorio argentino, que presenta rastros de asentamientos humanos de 10.000 años de antigüedad.
Además, es un sitio preferencial que forma parte del Área Protegida Valles Calchaquíes Tucumanos, la mayor área protegida de la Provincia, donde el Cóndor Andino presenta dormideros naturales.
La realización de una ceremonia ancestral, a cargo de las comunidades originarias de la zona, fue el escenario del retorno de K’illa-Tik a su ambiente natural.
Todo comenzó con plegarias a la Luna, al Sol y a la Pachamama y cantos de coplas, acompañados por la música de los pueblos andinos de nuestros valles.
K’illa-Tik se suma así a Toki, otro cóndor que fue rescatado y liberado en Tucumán en el año 2006.
De esta manera el Programa Binacional de Conservación Cóndor Andino ha logrado reintroducir 88 cóndores en todo Sudamérica.
Después de la intervención de la Dirección de Flora, Fauna Silvestres y Suelos, del Gobierno de Tucumán, fue derivado al Centro de Rescate en Buenos Aires. Allí, con el apoyo del ZOO Doue y el Grand Parc Puy du Fou de Francia, se realizó una completa rehabilitación que se completó finalmente, con la suelta en la Ciudad Sagrada de Quilmes.
Según los organizadores, se seleccionó este lugar de Tucumán, ubicado a pocos kilómetros de Amaicha del Valle, porque es reconocido su patrimonio natural y cultural.
Es una antigua área de asiento y desarrollo de los pueblos diaguitas y de la cultura Tafí, la primera cultura organizada del actual territorio argentino, que presenta rastros de asentamientos humanos de 10.000 años de antigüedad.
Además, es un sitio preferencial que forma parte del Área Protegida Valles Calchaquíes Tucumanos, la mayor área protegida de la Provincia, donde el Cóndor Andino presenta dormideros naturales.
La realización de una ceremonia ancestral, a cargo de las comunidades originarias de la zona, fue el escenario del retorno de K’illa-Tik a su ambiente natural.
Todo comenzó con plegarias a la Luna, al Sol y a la Pachamama y cantos de coplas, acompañados por la música de los pueblos andinos de nuestros valles.
K’illa-Tik se suma así a Toki, otro cóndor que fue rescatado y liberado en Tucumán en el año 2006.
De esta manera el Programa Binacional de Conservación Cóndor Andino ha logrado reintroducir 88 cóndores en todo Sudamérica.
fuente: Ecodigital
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