Lo que comenzó como un compendio de filatelia argentina terminó convirtiéndose en un extraordinario manual, hilvanado por sellos postales, en el que se cruzan la lección de geografía, los apuntes sobre historia sociopolítica y hasta la historia de la industria o el arte en nuestro país.
En un mundo en que el correo escrito está en franco retroceso ante el e-mail y los mensajes de texto, Graciela Nieto da una conmovedora batalla con un libro de 765 páginas que rememora, con fotos incluidas, todos los sellos postales que se emitieron en la Argentina desde 1856 hasta el año 2000. Cada uno de ellos tiene una breve o extensa referencia, según el caso. Parafraseando a María Elena Walsh, el libro se titula Mariposas de Papel. Su autora, Graciela Nieto Ortiz de Carreño, es una conocida elaboradora de tapices (ella usa el neologismo "tapicista") y está muy vinculada al quehacer cultural de La Rioja e incluso fue secretaria municipal de Cultura.
Nieto colecciona estampillas desde los doce años. "Prácticamente la vida argentina se puede observar a través de sus sellos, la inflación por ejemplo: hay sellos que comenzaron de un peso y terminaron en mil pesos" comenta. Entre los héroes y personajes editados se destaca San Martín con 278 sellos, luego Rivadavia (quien creó el Correo nacional) con 40 y después Belgrano, con apenas 35. Los sigue Eva Perón, con 31 estampillas, mientras que el ex presidente Juan Domingo Perón apenas tiene tres.
"También Miguel de Güemes y el entrerriano Francisco Ramírez tienen varios, pero no aparecen nunca Facundo Quiroga ni el Chacho Peñaloza", agrega la autora, con un brillo de orgullo provinciano en sus ojos. Contrariamente a lo que podría pensarse, el Correo no se olvidó de Jorge Luis Borges: tiene siete sellos.
Pero otro escritor, Antoine de Saint Exupéry, lo dobla: tiene trece en total, "pero hay que recordar que el escritor francés trabajó para el sistema postal argentino". Entre los músicos argentinos, está Alberto Ginastera a traves de un dibujo de Carlos Nine, de 1997.
Tras cinco años de paciente investigación, en los que tuvo mucha ayuda privada y prácticamente nula por parte del Correo oficial; luego de centenares de hojas escritas a mano, Nieto Ortiz reconoce que aprendió mucho y de todo: "la fauna y la flora argentina están allí. También los insectos. Hasta la chinche predadora tiene su sello.
Aprendí y escribí sobre barcos, sobre pinturas y pintores. Puse las biografías de Horacio Butler y Miguel Caride. Descubrí que el Día de la Industria se celebra por ser la fecha del primer contrabando argentino. Y encima lo hizo un obispo en la época de la colonia: llevaba oro del Potosí en medio de tejidos santiagueños".
Mariposas de Papel también revela que la Argentina fue el primer país en tener un sello dedicado a la educación vial. Fue en 1945, cuando se cambió el sentido de circulación vehicular de izquierda a derecha. "Pensar que ahora debemos tener uno de los índices más altos de accidentes viales", acota Nieto Ortiz.
El primer sello argentino lo tuvo la provincia de Corrientes en 1856. Lo hizo un francés, Matías Pipet, que se ganaba la vida como repartidor de pan y había sido aprendiz de grabador en Francia.
Pipet hizo una cabeza con la efigie de Ceres, diosa de la agricultura y la abundancia, pero nunca lo vio en ninguna carta, porque no fue puesto en circulación. El primero que circuló fue dentro de la provincia de Buenos Aires, en 1858.
Es el que los coleccionistas conocen como "barquitos" porque el grabado representaba un barco de época, a paleta. El primer timbre que circuló en todo el país es de 1864, la cabeza de Bernardino Rivadavia, "en conmemoración de los altos hechos de ese distinguido ciudadano". Rivadavia había muerto en Cádiz, España, en 1845.
El sello fue grabado por una casa inglesa: Antonio Gibbs e hijos, de Londres.
Los sellos internacionales también denotan quiénes son nuestros amigos. El 28 de diciembre de 1963, se puso en circulación una estampilla con la efigie de Kemal Atatürk al cumplirse 25 años de la muerte del controvertido fundador de la República de Turquía.
Gracias a otro sello descubrimos que el aviador argentino José Maria Zuloaga voló en globo desde Buenos Aires hasta Porto Alegre en 1915 y en 1916, junto a Eduardo Bradley cruzaron ¡en globo! desde Santiago de Chile a Mendoza.
Hasta la epidemia de poliomielitis mereció un sello postal, que además es un dibujo hermoso. Mariposas de papel fue presentado en la Feria Nacional del Libro y en la Feria del libro de La Rioja. Cuenta con un índice temático y de personalidades que facilita la búsqueda. Y fue editado a través de la Ley del Libro de La Rioja.
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Interesante post, en un mundo que ha olvidado lo que es el correo escrito.
ResponderEliminarUn saludo :)
Es exactamente así, dentro de poco dirás a un joven sellos postales y él te responderá: qué es eso? Penoso. Gracias por comentar.
EliminarHola Hugo
ResponderEliminarMe ha resultado muy interesante la lectura de tu artículo sobre el libro de Graciela Nieto Ortiz de Carreño. Siempre he sido apasionado de la filatelia, una afición que está en franca decadencia a causa del escaso uso del correo postal hoy en día.
Salu2
Enteonces somos algunos dos los apasionados de la filatelia Francisco. Saludos y gracias por comentar.
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